(Portada de la descarga digital)


Speech at Auditorium Theater, Chicago, IL - 11-12 de mayo de 1974

Material relacionado:

English Italiano Français English Italiano Español Français

La historia poco conocida de los Mothers of Invention

 


Damas y caballeros, esta es la historia de una banda de rock & roll de mala reputación. La historia poco conocida de los Mothers of Invention. Presentada esta noche por cortesía de Triangle Productions. Y por cortesía de los que compraron las entradas para ver este evento. Damas y caballeros, un gran aplauso para vosotros, porque tuvisteis la clarividencia y el buen gusto de venir aquí para celebrar el Día de los Mothers con nosotros y creedme… (¡Vaya!) ¡para mí, vais bien!
Pero, como decía, esta es la historia de una banda de rock & roll de mala reputación. Rememorad las páginas borrosas de la historia del rock & roll, hace mucho, mucho tiempo, incluso antes de que hubiera los Blood, Sweat & Tears.
Antes de que hubiera los Kiss
Y los Mandrill, por supuesto, ¡por supuesto!
Ahora tienen una buena racha. Sí, sí, sí.
Muchos años antes de los Mandrill. En un pueblo llamado Cucamonga, California
¡Sí, así es!
En un sitio llamado “8040 Archibald Avenue”, en Cucamonga, California, damas y caballeros…
¡Sí, así es!
Había un pequeño estudio de grabación que pertenecía a un chico llamado Paul Buff. Pues bien, Paul Buff estaba en los Marines. Era bajo, pero estaba en los Marines. Y mientras estaba allí, además de aprender a matar a la gente le enseñaron a trabajar con el soldador. ¿Y qué creéis que hizo ese terrible hijito de puta? ¡Tan pronto como salió del Cuerpo de Marines, consiguió un trabajo en Convair!
Y odiaba cada minuto de ese trabajo, damas y caballeros, realmente no le gustaba trabajar en Convair, aunque más tarde cambiarían su nombre a “General Dynamics”.
Aunque el salario era bueno, se fue de allí. Y decidió entrar en la industria del rock & roll. Ahora no ocultaremos ninguno de los detalles oscuros del nacimiento de este grupo, sabéis, así que, si tenéis prisa por ir a bailar o algo así, será mejor que vayáis a dar un paseo porque os contaré toda la historia esta noche.
Bueno. Tenéis que imaginaros a Paul Buff. Es así de alto y uh… llevaba calcetines rojos, pantalones elásticos negros, zapatos blancos y un sombrero de paja. Y pensaba ser cool. Y… tenía razón, considerando que todos se vestían así en Cucamonga en aquellos días.
Entonces, Paul decidió que, con el conocimiento y la habilidad que había adquirido al servicio de nuestro país, gracias al buen… gracias al buen entrenamiento que había recibido en el Cuerpo de Marines de los Estados Unidos, iba a usar su experiencia como soldador e iba a construir, sin ayuda de nadie, en Archibald Avenue en Cucamonga, cerca de la intersección entre la Route 66 y Foothill Boulevard, no lejos de la heladería de Cucamonga, la ferretería, la Bank Of America y un pequeño bar irlandés con aserrín en el piso, ¡Paul Buff iba a abrir un estudio de grabación para grabar música surf!

 Paul Buff

Así de extravagante estaba. Y hasta el día de hoy sigue estando extravagante. Está tan extravagante que vive en Memphis.
Como sea, Paul Buff construyó un aparato a partir de una vieja cómoda, esa vieja cosa marrón con lados curvos hecha de chapado barato. Sacó los cajones, metió unos cables y unas válvulas, y colocó unas perillas en la parte superior. Y tenéis que imaginar que ese es el mismo tipo de cajonera que una chica adolescente podría tener en su habitación, con unos pañitos escuálidos encima, ya sabéis, pintalabios y cosas así. Una de esas. Sin espejo. Bueno, imaginaos este chico, sombrero de paja, calcetines rojos, pantalones elásticos negros y una cómoda con perillas, ¡y esa era su consola de grabación!

¡Se necesita ingenio! Pero no se detuvo allí; ya que necesitaba una grabadora de cintas, construyó una. Fabricó la primera máquina de grabación de 5 pistas del mundo. Todo esto es verdad. Tomó una máquina llamada “Presto”, que era algo que solían usar en las estaciones de radio de bajo presupuesto. Una máquina que normalmente funcionaba con cintas de medio centímetro, y le colocó otras cosas para que funcionara con cintas de un centímetro. Y luego, tomó unos cabezales de Norelco para cintas de medio centímetro e hizo su propio cabezal múltiplo de 5 pistas. Era así de alto y así de largo. No estaban en orden de arriba a abajo, la pista uno estaba aquí, la dos estaba ahí, la tres estaba ahí, la cuatro estaba ahí y la cinco estaba ahí. Lo que significaba que una cinta grabada por esa máquina no podía ser reproducida en ningún otro lugar del mundo. ¡Un aplauso para él!
¡Sí! Ja!
Además, debéis tener en mente que, en la época cuando él fabricó esto, hace diez o doce años, el máximo en la técnica en cualquier estudio de Hollywood, California, era de 3 pistas y estaban hablando de cambiar a 4 pistas. Eso hubiera sido realmente un gran paso para ellos. Pero Paul había construido esa maquinita de 5 pistas en esa zona. Esto es lo que hizo con ella. Se enseñó a sí mismo a tocar el saxofón alto, el bajo, la guitarra, la batería, el piano y a cantar. Y se encerró en el estudio, noche tras noche, y sobregrabó y produjo canciones surf, canciones de amor y otros tipos de canciones que creía que podrían tener un éxito inmediato de mercado.
Bueno, se fue a la quiebra. Y un día le compré ese estudio. Esto fue el trato: por mil dólares obtuve la cómoda con las perillas, la máquina de 5 pistas y su colección de micrófonos, habrán sido al menos seis en el estudio. Algunos de ellos incluso eran lo suficientemente buenos como para utilizarse con un equipo de sonido en un bar. Obtuve una batería, dos pianos y unas cortinas de bambú.

 Contrato de venta entre Paul Buff y Frank Zappa

Y así me encerré en el estudio durante unos meses y después de un tiempo, después de aprender a operar su grotesco equipo, logré reunir (después de un problemita con la ley en Cucamonga , California, ya sabéis) reunir un conjunto de rock & roll llamado “The Mothers of Invention”. Bueno, se llamaba… en realidad se llamaba simplemente “The Muthers” en ese momento, deletreado M-U-T-H-E-R-S, que era la abreviatura de “Hijos de perra” y todos lo sabían en nuestra zona, pero no les importaba.
Y teníamos una banda que estaba trabajando en uh… veamos, en el Broadside, en Pomona, California. El Broadside está, o estaba en aquella época, en Holt Avenue. Y uh… estaba decorado en una especie de estilo acuático. Tenían en la esquina un… un traje de buzo relleno, la cerveza costaba un pavo y treinta y cinco por una jarra y estaba diluida con agua. Le pagaban a la banda siete dólares a cada uno por noche, además de toda la cerveza que podíamos beber. Y trabajamos allí durante, oh, habrían sido dos semanas, hasta que descubrieron que tocábamos cosas que no sonaban en la radio y nos despidieron.

Después de lo cual, fuimos a buscar por ahí, tratando de encontrar otros lugares donde trabajar. E invariablemente durábamos dos días, les gustábamos a las bailarinas, pero todos los demás pedían: “Tocad Louie Louie’” o “Tocad Caravan’ con un solo de batería” o “Tocad Matón de pelo largo’” o “Tocad ‘una de esas otras canciones’”. Si no las tocábamos, fuera.
Así pasó un año y, de repente, nos encontramos trabajando en una fiesta en Los Ángeles, California. Era la primera vez que salíamos de los pueblos a la gran ciudad. Y había un tipo que estaba rodando una película llamada “Mundo Hollywood”.

 Mundo Hollywood

Y había organizado una fiesta en su casa y nosotros, sabéis, teníamos que tocar música de fondo mientras esta gente bailaba y hacía cosas raras. Y lo iban a filmar.
Entonces allí estábamos. Para deciros como era conseguir un trabajo en aquellos días, si hacías una llamada a un club para hacer una audición, te preguntaban cuán largo estaba tu cabello y si les decías que todavía estaba creciendo, colgaban. Y cuando tocamos para esta película, en la fiesta, nuestros cabellos todavía no habían crecido, por lo que, para no quedar mal en la película, todos llevábamos sombreros.

Más tarde, después de terminar las tomas de esa película, en una esquina de la sala estaba un hombrecillo misterioso con una camisa de nailon verde que nos miraba. Se llamaba Herb Cohen. Quiero decir ahora que hubiera sido imposible para nosotros sobrevivir tanto tiempo si no hubiera sido por Herb Cohen. En general, por su inquebrantable desinterés por la música, pero, en particular, por su devoto amor por el teléfono. Y su habilidad para convencer a la gente de que nos hicieran trabajar incluso cuando nadie quería hacerlo. Cualquiera que haya podido hacer esto merece algo, quizás otra camisa de nailon verde.
Pero bueno, escuchad, si esta historia se está volviendo demasiado aburrida y/o nostálgica para vosotros, solo dejadme…
(Acabamos de perder el monitor de escenario, Bill. Hola. ¿Es el del escenario? Parece que alguien ha desconectado un ampli. ¿Vale? Dejad que la música siga. Eh, así. Intentad evitar que la gente ande por ahí. Muy bien)
Bueno. ¿Dónde estaba? Sí. Herb vio la banda, nos sacó de la fiesta y nos llevó a un club nocturno donde iban a pagarnos un salario real. Y trabajamos allí durante un par de semanas y nos mudaron a otro club nocturno donde tomamos el lugar de Johnny Rivers mientras estaba de gira. Estaban tan avergonzados de nosotros que ni siquiera pusieron el nombre de la banda fuera del club y dejaron su nombre para engañar a la gente e inducirla a entrar. El Whisky a Go Go era así.
Y trabajamos allí durante cinco semanas, para Elmer Valentine, y él tuvo la amabilidad de poner nuestro nombre fuera del edificio la última semana; Dios bendiga a Elmer. Y, durante la última semana que estuvimos allí, un hombre llamado Tom Wilson fue arrastrado por el brazo desde otro club por la calle, donde estaba para echar un polvo, fue arrastrado hasta el lugar donde estábamos trabajando y obligado a escucharnos tocar. Y mientras estuvo allí, nos escuchó tocar una canción llamada “Problemas cada día” , sobre los disturbios de Watts. Y pensó: “Aquí está una banda de blues blanco, podría ser de utilidad, los Righteous Brothers están en declive”.
Y por tanto nos firmó un contrato. Fue para Metro-Goldwyn-Mayer Blue Verve, no Black Verve, sino Blue Verve, la sección underground de Verve. Nos dieron 25.000 dólares por adelantado y pensaban conseguir algo muy bueno. Me arrepentí amargamente de eso. Firmamos con ellos y todavía estamos esperando recibir nuestras regalías de los primeros tres años que estuvimos en el negocio discográfico. Y si alguien entre la audiencia quiere trabajar con Metro-Goldwyn-Mayer, si os muestran un contrato, enrolladlo en un tubo y decidles que se lo metan por el culo.
¡Y esto sigue siendo cierto hasta el día de hoy! La corrupción en la industria discográfica, tío, es tan… No importa. Después de la discográfica, llegas a esos disc jockeys y el daño está hecho.
Entonces, después de que Tom Wilson nos vio y fue inducido a apostar por nosotros para esa maravillosa discográfica, fuimos al estudio y grabamos un álbum llamado “¡Desmádrate!”. Pues bien, el primer día que estuvimos allí no teníamos ni un centavo, quiero decir, todavía no habíamos tomado el cheque de 25.000 dólares, ¿entendéis? Todavía teníamos hambre. Solíamos vender botellas vacías para comprar mortadela. Y cuando llegamos al estudio, la mitad de la banda ni siquiera podía mantenerse en pie, sabéis, estaban muy… no había suficiente energía para tocar, así que le gorroneamos diez dólares a un tipo que se suponía que era el tesorero tacaño de la discográfica. Nos dio a escondidas diez dólares, bajamos a comer unas hamburguesas y luego empezamos a grabar enseguida, veamos, ¿cuál fue la primera canción? Creo que fue “Sea cual sea la dirección del viento” . Algo fácil como esa. Y dijeron: “Oh, que numerito melodioso”. La segunda canción que grabamos fue “¿Quiénes son los policías de la mente?” y las cejas de las personas en la sala de control empezaron a subirse y bajarse así. Empezaron a hacer un montón de llamadas a Nueva York diciendo: “Algo salió mal aquí”. Antes de acabar el día, sabían que estaban en problemas.
Pues bien, llevó dos semanas armar ese álbum y cuando uh… cuando se acabó el tiempo de estudio, todavía no estaba completado, ¿y adivinéis cuál pieza no estaba completa, pero se incluyó en el álbum de todos modos y todos pensaron que era exactamente como debería haber sido? Lo habéis adivinado, lado cuatro, “El hijo del Imán Monstruoso”. Contiene el 10% de lo que debería estar allí, pero no nos concedieron más tiempo de estudio. Y así terminamos publicando esa… esa pista básica con ruidos monstruosos. Todo mal, damas y caballeros.
Así que lanzaron el álbum. Gastaron unos grotescos 5000 dólares en promoción porque pensaban que ya habían gastado demasiado para alquilar el estudio. Vendió 30.000 copias en el primer año y estaban buscando una manera de deshacerse de los Mothers of Invention cuando, de repente, se dieron cuenta de que estaban obligados por contrato a hacernos grabar un álbum más. Entonces nos dieron 15 minutos en el estudio e hicimos un álbum llamado “Absolutamente Libres”. Y, debido a un tecnicismo que habían pasado por alto en otra parte del contrato, cuando intentaron censurarlo, se encontraron en peligro de una demanda legal. Y entonces los amenazamos hasta el punto de que gastaron la friolera de 25.000 dólares en anuncios como el del reverso del mensual Evergreen Review donde pusieron algo que decía: “¡Absolutamente Libres es las bananas!” ¿Lo visteis?

 Anuncio en Evergreen Review

Bueno, a pesar de su publicidad, ese álbum tuvo éxito y despertó el interés en el álbum “¡Desmádrate!” y desde entonces todo fue más fácil.
Ahora me detengo aquí. No querría que os entumezcáis. Tenemos otras cosas más interesantes para tocar. No puedo pensar en ninguna de esas canciones en este momento.


Letras en inglés del sitio Information Is Not Knowledge.