![]() |
Material relacionado: |
English Italiano Français | English Italiano Español Français |
Los adolescentes y el rock en los años 50 | |
|
Todos los adolescentes están enterados de las modas y siguen al líder. Debido a eso, una determinada imagen ideal habitualmente llegará a propagarse en una escuela entera. Durante los años 50 fui a cuatro distintas secundarias. Si bien todas estaban en la California del Sur, sus imágenes eran claramente diferentes. Fui, en orden cronológico, a la Secundaria de Claremont, a la Secundaria Grossmont en El Cajon cerca de San Diego, a la Secundaria Mission Bay en San Diego y a la Secundaria Antelope Valley en Lancaster, donde me gradué. | |
Claremont es bonito. Es verde. Hay ancianitas correteando por ahí en sillas de ruedas eléctricas. Todos los chicos son reservados, quieren graduarse e ir a las universidades en la zona. Cuando fui allí, se estaban preparando para eso llevando siempre California Ivy o mochilas Buckle. | |
En la Secundaria Grossmont lo único de lo que los chicos podían estar orgullosos era el tamaño de su alumnado y el hecho de que su banda de desfile era muy acicalada. En Grossmont no solo había blancos de clase media y media alta, pero aquellos que iban allí llevaban mochilas Buckle, aunque no tan estrictamente como en Claremont. Querían ir a la universidad San Diego State porque pensaban que estaba animada, o a la Tempe, Arizona, porque habían oído que era una escuela juerguista. La imagen exterior de los chicos era limpia. No llegaban borrachos a clase; reservaban las borracheras para el fin de semana. Mission Bay era diferente. | |
Primero, era un barrio de paso; muchos de los padres de los chicos trabajaban en la marina. Sin duda era una zona de delincuencia juvenil. Llevabas una chaqueta de cuero y el cabello era muy, muy grasiento. Llevabas un cuchillo y una cadena. Si eras muy malo, montabas hojas de afeitar en el borde de tus zapatos, para patear. Además, te asegurabas de rayar el piso de linóleo del colegio fijando roscas en las suelas. Si no hacías alguna de estas cosas, (1) no tenías ninguna relación sexual y (2) probablemente te daban una paliza. | |
Y, como en la película “Semilla de Maldad”, ni siquiera los profesores estaban a salvo. De hecho, hubo un gran escándalo en San Diego cuando estaba en Mission Bay porque en las secundarias de la ciudad los profesores estaban siendo amenazados por los chicos con cuchillos y otras armas si no les daban dinero a solicitud. Un chico se acercaba a un profesor en el pasillo y le decía: “Dame diez centavos, hombre”. Si el profesor no cumplía, le pegaban. Un tiempo después de todo eso los periódicos publicaron la noticia de que la policía había infiltrado a agentes encubiertos para espiar a los chicos, y que estos agentes habían reunido una gran cantidad de información. Eso enojó mucho a los chicos y, en represalia, la violencia aumentó. Los chicos estaban orgullosos de la violencia en sus escuelas. No querían escuelas para papanatas. Querían escuelas para tipos rudos. | |
Y, aunque cada pandilla odiaba lo que ahora se conoce como el Orden Establecido, cada una tenía su propio estilo y odiaba casi en la misma medida a cualquier otra pandilla. Cada pandilla más fuerte de una escuela odiaba a las pandillas más fuertes de las escuelas vecinas; el odio era visceral. Las pandillas con las botas de moto no se llevaban bien con las pandillas con los pantalones elásticos y los zapatos con punta cuadrada, y no se llevaban bien con las pandillas con los zapatos con punta cuadrada, los pantalones caqui y las camisas Sir Guy. Los mexicanos odiaban a los negros. Los negros odiaban a los mexicanos. Ambos odiaban a los blancos que correspondían el odio. | |
En un famoso episodio, varias pandillas de Watts, que se habían unido temporalmente, habían llegado en una fila de coches para devastar una zona de San Diego conocida como Logan Heights. Logan Heights se reunió en un esfuerzo concertado sin cuartel y les dio una paliza. Eso ni siquiera llegó al periódico escolar, pero todos los chicos lo sabían. Fue su victoria. | |
Mis padres no me dejaron tener un coche (no conseguí uno hasta los veintitrés años) y nadie me iba a llevar porque era impopular. Así que me perdí las verdaderas peleas grandes. Pero oí hablar de ellas en los vestuarios, así que tengo una idea bastante clara de cuál es la mística de la confrontación física. | |
Por supuesto, ahora la mayoría de esos impulsos se han sublimado en el ‘golpéalos-con-el-amor’ que esconde mucha hostilidad. En el fondo saben que es una mentira. No pueden creer todas esas maravillas del Flower Power, ya que no funcionan para ellos. Las drogas son en gran parte responsables de esta sublimación, se colocan demasiado para tener energía sexual, por no mencionar las peleas, que al principio eran el sustituto del sexo. Esta transición es evidente en las letras actuales de la música pop, donde las sensaciones asociadas con el consumo de ciertos tipos de productos químicos se han mezclado, confundido, distorsionado y, a veces, han reemplazado por completo las sensaciones / emociones del sexo / del amor de años anteriores. Descargas y destellos en lugar de sentimientos y vértigos, diamantes y rubíes en lugar de brazos vacíos y corazones rotos. | |
Toqué en unos bailes e incluso di conferencias en un par de secundarias, y esos chicos están imbuidos de una cultura de drogas, una mística de drogas. Tienen un conjunto completamente nuevo de modas. Los signos distintivos de hoy en día son brazaletes de cuero, abalorios, plumas, ropa rara y cabello largo, camisas de tejido madras, cortes de pelo militares y mocasines con centavos. No importa lo que llevan, la mayoría de los chicos en los Estados Unidos siguen pensando como sus padres, adoptando, en un disfraz diferente, sus viejos prejuicios y estupideces, y empaquetándolos otra vez en su propio nivel. Seguro que hubo unos cambios sustanciales reales en las actitudes de algún chico, pero no lo suficiente. | |
Parece que muchas cosas cambiaron más de lo que cambiaron en realidad. Por ejemplo, todo esto de escaparse de casa. Hoy, si un chico se va de su casa y vive en las calles, siempre puede unirse con unos hippies, un grupo que lo recibirá. En los años 50, nadie se escapaba de casa. Te ibas de casa cuando eras adulto y tenías que luchar contra el mundo. La razón principal por la que un chico estaba en las calles en aquella época era para participar en una pelea de pandillas. Es fácil sobreestimar la independencia de los chicos respecto de sus padres, pero no han hecho más que reemplazarlos. | |
El underground recibe mucha cobertura de prensa hoy; en los años 50 no obtenía ni un poco. Elvis Presley era la figura más conocida y, en mi círculo, les gustaba principalmente a las chicas y a los chicos más jóvenes. Pero en San Diego, que es una buena ciudad para el blues, a muchos de los chicos les gustaba más Howling Wolf y B.B. King. Su música era más fuerte, y los chicos reaccionaban a ella. Además, el blues generalmente es más apreciado por aquellos que se sienten enajenados y oprimidos, independientemente de su nivel de educación o su situación económica. Los amantes del blues que conocía en aquel entonces, los de las chaquetas de cuero, ciertamente eran así. Se sentían oprimidos por todo y fueron ellos los que desarrollaron toda la jerga de los adolescentes. Nada llegó de los chicos con camisas de madras, que solo heredaron y adoptaron, probablemente de sus hermanos y hermanas mayores, unas expresiones de la universidad. | |
La jerga muy cruda provino de los chicos que se sentían tan amenazados que harían lo que fuera para lucir rudos, aunque no tuvieran oportunidades de actuar como rudos. Y la razón por la que se desarrolló es muy similar a la razón por la que los esclavos en el Sur desarrollaron su propia forma de hablar, para engañar a sus amos, para que se sintieran superiores, únicos. Lo mismo con la ropa y los peinados. Algunos de esos tipos de aquel período siguen allí. En el Este de Los Ángeles, los chicos de treinta y pocos años que todavía usan peinados de cola de pato y llevan pantalones elásticos son llamados “veteranos”. De hecho, la mayoría de las pandillas que conocía eran mexicanas y muchos de esos chicos, los pachucos, siguen vistiéndose y pensando de la misma manera hasta el día de hoy. Muchos de ellos se han casado con sus viejas novias y trabajan en garajes. | |
Cualquier figura que estuviera enajenada se hizo un ídolo potencial. Eso podía dar algunos giros inesperados. Había mucha identificación con James Dean, pero también había mucha identificación con “Yo fui un Hombre Lobo Adolescente”. En esa película, un médico malvado convierte a un adolescente en un hombre lobo. Claro que el adolescente está alienado y el médico, en su calidad de adulto, es culpable. Lo mismo está pasando todo el tiempo. Los publicistas de la Madison Avenue están inyectando constantemente a las personas deseos de productos que los convierten en consumidores trastornados. Las personas que frecuentaba estaban locas con monstruos y horrores de todo tipo. Y si yo hacía un dibujo, seguro que era un monstruo. Esas cosas nos hacían reír mucho, por eso nos encantaban, para convencernos de que no nos asustaban, que nada nos asustaba. No soportaba ningún otro tipo de película. Vi cosas como “La Mujer Avispa”, “La Bestia de la Cueva Embrujada” y (¡muy bueno!) “El Ataque de la Musaraña Asesina”. | |
En “No de Esta Tierra”, un tío con gafas envolventes saca una cosa de un tubo. Parece una pieza estirada de lechuga romana marchita. La pone en una mesa y la cosa empieza a hincharse enseguida. Luego, se levanta y se desliza por la ventana hasta que entra por la ventana de otro tío. Se acerca al tío, se cierne encima de él, luego cae - plop - alrededor de su cabeza y, cerrándose, lo muerde. ¡Es genial! La sangre sale de debajo de su camisa blanca y él dice “¡Argh!”. Lo vi tres veces y, después de aprenderme el punto cuando esa cosa lo atrapaba, me sentaba detrás de algún chico ruidoso y, en aquel preciso momento, le agarraba la garganta y luego volvía a sentarme de inmediato. ¡Pánico! | |
En cada ciudad, entre los cines del barrio había uno donde iban todos los adolescentes. Era comparable a un Fillmore de los años 50, o a vuestros sótanos psicodélicos ▶ del vecindario de hoy. A nadie le importaba realmente lo que se proyectaba. Era solo un sitio oscuro donde cada chico iba para conocer a una chica con la cual coquetear más tarde, si no allí mismo. Hubo un cine en Lancaster donde, al mirar los asientos, verías una cabeza aquí, otra allá, todo normal, pero luego verías un bulto de abrigos o ropa que se movía y luego otro y otro. Y luego, notarías todos esos cuerpos atascados en posiciones extrañas contra las paredes - Kama Sutra posición 375 con una pierna levantada - y el monstruo que aparecía en la pantalla. ¡Era simplemente estupendo! | |
Mi fascinación por los monstruos, como la de muchos otros chicos, se extendió a los cómics. Cómics de terror. Todas las cosas que EC editó, “La Bóveda del Horror”, “Cuentos de la Cripta”, esas cosas. También Mad era muy bueno, agradable para un cierto estilo lunático y un cierto tipo de humor. Cuando las chicas hojeaban esos cómics, solían hacer “¡Iii!”. Y algunos de ellos eran un poco groseros. Recuerdo leer un cómic de Plastic Man en el que un chico se sonaba la nariz en el borde de su chaqueta, con la palabra “snork” encima. Algo fuerte para los niños en aquellos días. | |
Sin embargo, en el período en que estaba en la secundaria, los cómics eran bastante blandos y se quedaron así hasta que salió Marvel. En ese momento pude leerlos. Y solo iba al cine dos veces al mes. Mi vida social real giraba en torno a los discos y a la banda con la que tocaba. No había mucho trabajo para nosotros en aquella época. Tal vez tomábamos un trabajo cada dos meses en un baile para adolescentes, pero pasaba la mayor parte del tiempo en mi habitación escuchando discos. Fueron los discos, no la TV, la que no veía, lo que me adoctrinó. Los escuchaba una y otra vez. Los que no podía comprar, los robaba, y los que no podía robar, los tomaba prestados, así que de una manera u otra los conseguía. Llegué a tener unos seiscientos discos de 45 rpm y juro que sabía el título, el grupo y el sello de cada uno. Solíamos cuestionarnos unos a otros. Nos gustaban mucho los discos con guitarras. Si recordáis, el instrumento principal en el rock temprano era el saxofón. Era muy fálico. Estaba un tipo, Joe Houston, quien solía hacer un número en el que terminaba inclinándose hacia atrás graznando una nota estridente. Ahora que el instrumento predominante es la guitarra, se rediseñó para parecer menos femenina y más fálica - más plana, con cuellos más largos y delgados. La parte visual de la música, la forma de tocar en sí, está experimentando desarrollos muy interesantes. | |
En cuanto a nuestros gustos para los cantantes, mi círculo simplemente no escuchaba ningún rock de los blancos. Siempre era más soso que lo de los negros y mucho de eso era simplemente una torpe imitación. Pero tuve la suerte de tener rock negro disponible, ya que el gusto musical de una comunidad no solo afecta, sino que también se ve afectado a su vez por lo que está disponible en ese momento. Por ejemplo, en la tienda de discos principal en Claremont solo tenían música Dixieland y easy listening. Mucha gente ni siquiera había oído hablar de alguien como Muddy Waters. El fenómeno del blues era toda una rareza en los años 50. | |
Entonces, una declaración que apareció en un artículo periodístico sobre música pop, que decía lo bueno que era que nos habíamos logrado alejarnos de los sentimentalismos pueriles de los años 50, probablemente fue escrita por alguien que nunca había escuchado ninguno de los grandes números de rhythm & blues de esa década. Probablemente solo había escuchado cosas de sellos de fácil acceso como Liberty, Dot y tal vez Capitol. Y, aunque te gustara el rhythm & blues en ese momento, debajo de los discos accesibles de rhythm & blues todavía había un estrato más. Si conocías y amabas el rhythm & blues, entonces conocía a Little Willie John y Hank Ballard en el sello King. Después de encontrar la tienda adecuada, eran tan fáciles de conseguir como lo era Pat Boone en Dot para toda América. Pero algunas de las mejores cosas de aquella época nunca se han republicado. Sería un trabajo monumental de investigación enumerar todos los lanzamientos de pequeñas etiquetas de aquel entonces. Se iban formando discográficas en todas partes. Por ejemplo, en Arizona había una discográfica que lanzó el sello Bat Records. Tal vez solo lanzaron un disco, tal vez cientos. Era tan pequeña, quién sabes. Para discos como esos, realmente tenías que luchar, en busca de tiendas que vendían discos usados de las rocolas del Sur. Si hicieras este tipo de exploración, podrías encontrarte con alguien como Roy Tan. | |
En 1956, encontré el único disco de este Roy Tan que he visto. Se llamaba ♫ “No me gusta” y estaba en el sello Tan. Mmm. Iba así: | |
| |
| |
| |
| |
| |
| |
| |
| |
El ♫ otro lado empieza así: | |
| |
| |
Luego Roy se pone a cantar: | |
| |
| |
| |
| |
| |
| |
| |
| |
Oh, tío, se contaban cosas muy buenas en aquellos días. En comparación, ♫ “Tutti frutti” cantada por Pat Boone parece completamente ridícula. | |
Además de Tan, otro sello bueno era Dootone, el que lanzó por primera vez ♫ “Ángel en la Tierra” de los Penguins, pero tenían muchas otras cosas geniales como ♫ “El amor te volverá loco”, que tenía un baile el otro lado, ♫ “Ookey ook”. Además, estaba ♫ “A ella le gusta el mambo”, que tenía una estrofa extraña sobre como bajaban sus radios para que nadie pudiera verlos haciéndolo. Como si la radio controlara las luces de la habitación. | |
Una de las canciones más extrañas, si no la más extraña de todos los tiempos, se lanzó en el lado B de “Gotas de lágrimas” de Lee Andrews & The Hearts. ♫ “Gotas de lágrimas”, una canción de amor, fue el gran éxito y ♫ “La chica a la vuelta de la esquina” pasó por alto, pero es fantástica. Es la letra más abstracta que he escuchado, muy estilizada. Es sobre una chica llamada Buddha Macrae y un chico llamado Butchie Stover que “hace el amor como un Casanova”. Él cuenta sobre una pollita de la zona y lo excepcional que ella está, y él lo logra, mientras alguien en el fondo sigue repitiendo “Bum bum di-racha”. Hasta el día de hoy no puedo entenderla, es una locura. Y si alguna vez me hubiera conocido a esta pollita Buddha Macrae… creo que no podría resistir. | |
Tengo unos pocos amigos que vienen a visitarme tres o cuatro veces al mes y repasemos mis 45 rpm hasta más no poder. Es como una máquina del tiempo; me lleva de vuelta a la secundaria. Casi puedo oler lo que se estaba cocinando en la cocina cuando los escuché por primera vez. Y en el álbum “Ruben & The Jets” tomé muy conscientemente todas esas piezas geniales - ♫ “Noctámbulo” y ♫ “Pastel de cereza” - todas esas, y las mezclé en combinaciones para crear mis canciones. Hasta mezclé partes de ♫ “La consagración de la primavera” de Stravinski con el estilo de armonía de los Moonglows. También tomé algunas de sus mejores estrofas. | |
Las letras de amor fueron algunas de las mejores cosas del viejo rhythm & blues. Si escucharas las palabras superficialmente, podrías pensar que estaban hablando de “amor al viejo estilo” - tomarla de la mano, besarla, invitarla a salir - pero no es así. Estaban hablando de echar un polvo. El comienzo de la revolución sexual se documenta en canciones e historias en esos viejos éxitos. Además, si tomas todas esas canciones con cambios de acordes I-VI-IV-V (habrá miles de esas): | |
| |
| |
| |
| |
y las cargas todas en una computadora, saldría un código moral social muy preciso para los chicos de aquellos días. Es la mejor historia que pueda existir porque está todo ahí: prejuicios, creencias, duda, costumbres sociales, lo que sea. | |
Comparando la celebridad principal de aquella época, Elvis Presley, con las superestrellas de ahora, los Beatles, unos cambios interesantes parecen haber tenido lugar en la forma en que un público elige a sus ídolos. En mi opinión, Ralph Gleason tiene razón cuando define a los Beatles una proyección ideal de las personalidades del público, y a Presley un fenómeno estrictamente sexual. Cuando salió, Presley no tenía una imagen nueva. Ya existía entre las masas y era fácil identificarse con él. Pero los Beatles crearon una imagen completamente nueva que era extranjera, sin juego de palabras, para los Estados Unidos. El impacto de Presley, la forma en que se movía y cantaba, era tan sexual que era una gran amenaza para los adolescentes de aquellos días, y luego tuvo que cantar canciones que invertían los roles sexuales, convirtiéndolo en pasivo en canciones como ♫ “Ámame tiernamente” o ♫ “Como quieres que yo sea”. Después, llegaron los Beatles, que se veían tan monos e inofensivos que podían cantar canciones en rol masculino dominante. Sus insinuaciones sexuales verbales eran sutiles y se salieron con la suya. | |
Después, llegó el pelo largo. En los primeros días de la Beatlemanía, un chico con el pelo largo tenía unos trescientos por ciento más de posibilidades de echar un polvo que un chico con el pelo corto (las pollitas eran tan estúpidas que suponían automáticamente: “Es una estrella del pop inglés o está en un grupo o algo así”). Pero sean cual sean sus fantasías, estaban seguras de que él era mucho más mono que el chico en la esquina con la pelambrera grasienta. Ese dictado de la moda para hombres por parte de las chicas, ese poder, fue una parte muy importante de la Beatlemanía. Entonces, si eras un hombre con camisas de madras, podías dejarte crecer un poquito el pelo con facilidad, convertirte en un Beatle sucedáneo y echarte un polvo. Después, cuando llegaron los Rolling Stones, y había todas esas fotos de Bill Wyman con ese cabello negro muy largo y desaliñado, de hecho, empezó la modelización de los hippies. Si eras un decadente fanático de las motocicletas, ahora podías dejarte crecer el pelo aún más largo, llevar ropa aún más sucia y comportarte sin tener que lucir moderno y guapo. También había un cliché para ti. | |
Durante la Beatlemanía, en un momento los chicos empezaron a fingir el acento inglés para engañar las pollitas. Por supuesto, después de llegar tan lejos, el siguiente paso para tener más glamour fue formar bandas como los Beatles. “Entremos ahí y podremos tocar al baile”. Entonces, se metieron a aprender desde cero a tocar como los discos de los Beatles. Algunos se cansaron de imitarlos y, por accidente, empezaron a tocar su propia música. Pero a la mayoría le resultó difícil desprenderse de su imagen imitativa, a pesar de que lo quisieran, ya que siempre habrá algún estúpido dueño de cervecería que querrá una banda de Beatles o de Rolling Stones y pagará para tenerla. Incluso en las borracheras de grupo, si no suenas como Jimi Hendrix o Eric Clapton, ni siquiera te hacen tocar. Los chicos son tan limitados como las chicas. En realidad, algunas de las chicas han mejorado. De hecho, la principal diferencia entre aquel entonces y ahora es que alrededor del diez por ciento de las chicas son menos patosas. Considerad: para tener estatus en los años 50, una chica tenía que llevar un vestido con todas esas enaguas almidonadas que sobresalían, almorzar en el jardín delantero del colegio y ser una animadora. Tenía que ser “súper linda” y sublimar sus impulsos sexuales en el espíritu escolar ▶, el gobierno estudiantil, la iglesia o lo que sea. | |
Hoy, para lograr estatus, una chica tiene que hacerlo con una estrella de rock. Encuentro que eso es una clara mejora ▶. |
Texto en inglés del sitio Zappa Books. |